¿Qué era lo más fácil, pagarle el teléfono celular a la
señora Ramona Ignacio Cruz o estar viviendo el escándalo público por robo bajo
la causa penal CNE/COATZSC/1793/2012?, lo primero, en efecto, liquidar a la voz
de ya el aparato, eso era lo adecuado, pero de seguro no faltó un “genio” o un
prepotente que mandó al carajo a Ramona, y ahora se están viviendo las
consecuencias en una agencia del Ministerio Público. A estas alturas los
llamados “coordinadores del PRI” no pueden andar cometiendo esta clase de
errores donde se roban los celulares de las promotoras. Hay que buscar y
encontrar al responsable de la fechoría, la cual se presentó en el salón del
Sindicato Único de los Trabajadores Electricistas, ahí donde el jefe es don
Víctor Andrade. ¿A quién comisionaron para que cuidara los celulares?. No se
tiene que ir muy lejos para saber su nombre y apellido. Hay que dar con el
ladrón, esta clase de hechos solo lastiman a quienes de buena fe asisten a las
reuniones para apoyar a sus candidatos. En esta vida se puede ser cochino, pero
no trompudo, y quien o quienes se robaron los celulares son unos “marranos
trompudos”. Este escándalo ya esta en los medios, y lo anterior daña.