Cuando el admirado y bien recordado Cornelius Versteeg Van
Donselaar vivía tenía un lema: “La riqueza se empieza a repartir desde las 6 de
la mañana, yo por eso me paro a las 6 para que me toque mi parte”. Pero sin
duda algo que siempre caracterizó al holandés, radicado en Coatzacoalcos, fue
su preocupación por ayudar a los más humildes de Coatzacoalcos. ¿Qué es lo que
tratamos de decir?, pues que su hijo Cornelius Daniel Versteeg no le aprendió
casi nada a su padre, ¿por qué?, por la simple razón que al ser socio en la
construcción del túnel, (30%), le vale “mandarina” la suerte de las familias
que han sufrido daños en sus casas, pero eso no es todo, a Daniel tampoco le
importa el rescate del cuerpo de Apolinar Galván Tejeda, Jefe de Maquinas del
remolcador “Coatzacoalcos”. Hasta el día de hoy Cornelius, junto con sus
socios: Mauricio Amodio, Constructora Impulsa, (30%), y los españoles que
tienen el 40%, no “mueven un solo dedo” para ayudar. En esta vida se puede ser
cochino, pero no trompudo, y aquí a estos tipos ya les creció la trompa. (24 de
septiembre de 2012)