martes, 8 de mayo de 2012

Es prioritario que los responsables de la infraestructura rindan un informe sobre la calidad de la obra

El accidente que se registró en el “Túnel Sumergido” merece especial atención. Es cierto que no existieron muertos, ¡gracias a dios!, pero lo anterior es un importante aviso para que el gobierno se de a la tarea de auditar la millonaria obra. Urge que se llame a cuentas a la concesionaria “Cotuco”, es decir a la “Construcción Túnel Coatzacoalcos”. Es prioritario que los responsables de la infraestructura rindan un informe sobre la calidad de la obra, y aquí sin duda a quien le hablan es a Javier Pérez Álvarez, dueño de la compañía. El hecho es grave por donde quiera que se le vea, en efecto, ayer la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción por medio de su líder Jorge Arboleya afirmó que el “accidente” no representa riesgos para el futuro inmediato, ¿será posible tanta belleza?. Aquí lo saludable y honesto es que se haga un peritaje, pero con gente profesional, el Túnel necesita ser revisado para dar tranquilidad a los que están poniendo los recursos financieros para su construcción y para los miles de usuarios que van utilizarlo como una importante vía de comunicación. Hay que dar certeza señores. Ha otro que le hablan es a Cornelius Versteeg, de Obras Portuarias de Coatzacoalcos, (OPC), quien mucho tiene que ver en este suculento negocio. “No ha hilos, no hay alambres”.